Que por Mayo era por Mayo....

"Cuando hace la calor, cuando los trigos se encañan, y están los campos en flor..."

Esto es como empezaba un poemilla que se hizo muy popular en primero de B.U.P, cuando los padres de Mario se conocieron ,y me ha venido a la mente para empezar este post que tenía pendiente de hace algún tiempo, aunque precisamente ahora no es que haga demasiada calor ;-)

Pero lo ha hecho, y ha servido para que Mario empezara a estrenar su ropita primaveral/veraniega y sobre todo para acompañarnos un poquito en nuestra segunda excursión playera del año que fue durante el puente de Mayo en Gandía tal y como comentaba la agüeli María en el post anterior.

Así pues, haciendo frente a las adversidades (con la mami y el peque en medio de una de las pocas "itis" que le faltaban por pillar a Mario, la gastroenteritis), a principios de este mes cogimos carretera y manta para ver si, al segundo intento, Mario podía sentir en su piel, no sólo la brisa marina, sino también el golpeo de las olas del mar.

Y así fue, tras unos primeros días de incertidumbre climatológica y que sirvieron a Mario para recuperarse de su tripita y empezar a coger confianza con el entorno playero, pudimos disfrutar de todos los alicientes que la playa ofrece a cualquier niño pequeño.

Aquí le vemos jugando con la arena, con la que al principio no hacía muy buenas migas pero al poco tiempo disfrutaba él solo cogiéndola en sus manitas y tirándola al aire. El castillito con el cubo se lo preparó su madre, pero todo se andará ;-)

Pero no sólo de la arena disfrutó el peque, sino que, a pesar de que el tiempo tampoco era totalmente veraniego, se animó a meterse en el agua, la misma que al principio le daba tanto miedo, luego no quería salir.

Y además, como la playa estaba desierta en estas fechas, no ha estado sólo en sus juegos, sino que Trufa ha estado siempre ahí al acecho por si acaso se le ocurría meterse muy lejos al agua acudir rauda al rescate.

Vamos, que han sido unas vacaciones llenas de nuevas sensaciones y disfrutando a lo grande, lo malo es que hasta la próxima visita a la playa todavía haya que esperar. A ver si para entonces no se te ha olvidado las buenas sensaciones y te lanzas a chocar con las olas a la primera ;-)