Wednesday, July 05, 2006

Cinco horas con Mario

Mario ha cumplido ya 3 semanas por este mundo, en ese tiempo ya ha engordado más de medio kilo y crecido unos centímetros, jubilando de esta manera alguno de sus conjuntitos de ropa de recién nacido. Por otra parte, en estas 3 semanas, sus padres nos hemos ido adaptando a esta vida que supone el criar un bebé, un reto lleno de novedades, a veces agotador, pero siempre gratificante y feliz.

Os cuento aquí como es el día a día del peque, para que Mario sepa lo que hacía de recien nacido y aquellos que tengan en mente el proyecto de criar un nuevo ser tomen nota ;-) Ahí va mi relato de "Cinco Horas con Mario", las horas que van desde que llego a casa del trabajo hasta que nos vamos a acostar a eso de la medianoche.

Como ya comenté en otro post, la vida de un recién nacido es básicamente comer y dormir, pero tiene algún aliciente más. Mario suele tomar un biberón cada 3 horas, cuando vuelvo del trabajo, normalmente acaba de tomar el "bibe" de las seis de la tarde y, si todo ha ido bien, suele estar en su cunita o en el cochecito reposando la comida. Sin embargo, Mario ha salido a sus padres y suele tener molestias de estómago y gases después de cada toma lo que hace que a veces no se duerma y esté inquieto, por lo que en vez de encontrarlo en la cuna, lo encuentro en los calmantes brazos de su madre o de su abuela:


Un rato después de llegar a casa, cuando ya va haciendo menos calor, toca la hora del paseo. Mario monta en su flamante cochecito rojo y con la sombrilla y capota para evitar el sol directo, sus padres le conducen durante un ratillo por los parques de la zona para que le dé el aire puro y vaya recibiendo los estimulos de la calle, a Mario le encanta el traqueteo del coche y suele ir así de tranquilito sin abrir tan siquiera los ojos:


De vuelta a casa va siendo la hora del siguiente biberón. Normalmente Mario nos avisa con antelación, está hecho un tragoncete y ya hemos tenido que aumentarle la dosis para saciar su apetito voraz, que no se enfade demasiado y aguante las 3 horas entre cada toma.

Entre esa toma y la última del día a la medianoche, después de que los papis hayan cenado, toca el momento más apasionante del día, el momento en el que Mario se encuentra más relajadito y su cara es la viva imagen de la felicidad: el baño!!!


Hay niños que odian este momento, pero Mario es de esos que lo gozan, eso sí, después del baño, a secarlo y vestirlo rapidito, que en seguida se pone ansioso por su último biberón del día. Limpito y comidito acaba la jornada, ¿que nos deparará la noche? Esa es otra historia, hasta aquí las 5 horas.

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