Antojos de la mami...¿caprichos del pequeño Mario?

Dentro de las experiencias que se viven en el embarazo, uno de los "tópicos" más comentados y, para mí, de los más divertidos, es el tema de los antojos.

Un antojo según la RAE es un "deseo vivo y pasajero de algo". Pero donde adquiere su máxima expresión es en el embarazo de las mujeres durante el cual, suelen tener deseos voraces hacia algún alimento particular en las situaciones más inesperadas (preferiblemente a horas intempestivas, cuando es complicado complacer ese deseo ;-).

Además, la cultura popular dice que, en caso de que ese antojo no se viera satisfecho, el bebé que se espera nacerá con una mancha en la piel que vendrá asociada a ese deseo insatisfecho. De ahí la tercera acepción de la RAE:

"Lunar, mancha o tumor eréctil que suelen presentar en la piel algunas personas, y que el vulgo atribuye a caprichos no satisfechos de sus madres durante el embarazo."

Y después de este baño de culturilla popular, vamos a lo que nos atañe: como es normal, Amaia ha tenido alguno de estos antojos durante el embarazo (aunque también los suele tener cuando no lo está ;-). Empezó por unas anchoas a las 3 de la mañana cuando todavía no sabía de su "estado de buena esperanza", pero luego han sido cosas menos raras, en general dulces y fruta. Pero el objetivo de este post no es contar esos antojos sino la particular relación entre el "objeto del antojo" y el difrute del pequeño Mario durante su degustación.


Efectivamente, uno de los últimos antojos fue un helado como el de la foto: de sabor a tarta de queso con mermelada de fresas, conocido como strawberry cheescake. Pues bien, el antojo fue satisfecho en breve (gracias Mari Cruz ;-)) para comprobar como, cada vez que la mami degusta su "antojo", el pequeño Mario parece que disfruta con su sabor pues se pone a "revolotear" dentro de la tripa de su mami, para festejar el alimento que le llega!!!

Hay estudios que aseguran que los bebés dentro del vientre materno reaccionan de forma variada ante estímulos auditivos así como a los sabores de la comida que les llega de la madre, pero...¿será posible que sean los bebés los que induzcan los antojos en las madres?? Mario, hijo, a ver si eres capaz de contarmelo cuando nazcas ;-)))